Él tiene la respuesta directa a la urgencia que tenemos como humanos de gozar o desear aquellas cosas que tienen que ver con la comodidad y el confort. En el versículo 18 nos dice que nos da el poder para hacer las riquezas. Muchas veces cuando no podemos tener aquellas cosas que parecen necesarias e imprescindibles, comenzamos a tener problemas emocionales y entra una verdadera insatisfacción por la vida que estamos viviendo.
Es por eso que el Señor ha pensado en nosotros y debemos aprender a luchar hasta alcanzar aquellas bendiciones que están preparadas para cada uno. Dios les había prometido la tierra que fluía leche y miel, pero vemos que constantemente la orden divina era que debían caminar, adelantarse, confiar en lo que Dios había prometido que iba a ser de ellos.
Nosotros al tener la promesa del Señor, debemos aceptarla y aplicarla a esa necesidad que tenemos creyendo que en Él, todas las promesas son sí y amén. Es verdad que pueden venir dudas y aún incredulidad sobre nuestra mente, pero debemos determinarnos a creer y ver realmente que el poder y la gloria de Dios se manifiestan. En este momento podemos creer que, mediante la ayuda del Señor, la provisión divina se va a manifestar.
Nuestros ojos deben estar puestos justamente en el poder de esas palabras expresada por el Todopoderoso: "Acuérdate del Señor tu Dios, porque Él te da el poder para hacer las riquezas".
Por Marfa Cabrera