A veces me pregunto si valoramos realmente el gran privilegio de haber sido comprados a un precio tan alto. ¿Le da usted gracias a Dios todos los días por poder confiar en Él y tener libre acceso a Su dulce presencia?
Porque el saber que el Dios vivo habita en nosotros no es poca cosa, debería hacer brotar una alabanza constante en nuestro corazón. Es lo más maravilloso que cualquier ser humano puede experimentar.
Hay quienes desconocen esta experiencia y muchos de ellos, aunque poseen todo lo necesario para vivir cómodamente, nada saben de cómo alcanzar el gozo o la alegría que nos permite cantar en medio del dolor impartiéndonos nuevas fuerzas.
Nada saben de la obra del Espíritu Santo que nos capacita para tener una relación íntima con el Padre haciéndonos experimentar Su cuidado y protección en medio de cualquier peligro. Porque, tal como dice Su Palabra, nuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
En otras palabras, Él es nuestro muro y antemuro ¿quién podrá dañarnos? Si hasta hoy no había despertado a esta realidad, determine ahora mismo vivir tomado de la mano del Altísimo dándole gracias por haberse revelado a su vida, por ser su muro y antemuro y vivir libre de temores. Pero comparta también su fe con otros para que ellos puedan obtener ese mismo gozo y alcancen la libertad que les permita tener un canto de victoria en sus labios.Por Marfa Cabrera.