¿Puede calcular usted cuántas oraciones ha pronunciado desde el momento en que aprendió a orar?
No me refiero a aquellas oraciones que repitió aprendidas de memoria, sino desde el momento que aprendió a orar. ¿Cuántas veces ha orado? Por lo general la primera oración que hicimos fue para pedir algo específico, un milagro, un cambio de ida, una sanidad para nosotros o para un ser querido, y Dios nos escuchó.
Eso nos llevó a hacer otras oraciones y ampliar el círculo de las cosas que incluíamos en esas oraciones. A medida que fue pasando el tiempo orábamos para que Dios nos de Su gracia santificadora, que nos guarde del pecado y nos libre del mal. Igualmente hemos comenzado a orar para ser libres de la prueba, del día que ésta nos golpeó rudamente; hemos orado en momentos de peligro y de necesidad, hemos clamado a Dios y Él nos ha escuchado.

¡Sí! tanto usted como yo hemos orado muchísimas veces, tantas que no las podemos contar y los pedidos expresados en esas oraciones han sido muy variados. Podríamos juntos entonces decir: Amo al Señor porque él oyó la voz y mi súplica. Sí, así como nuestras oraciones han sido muchas, así también han sido muchas las respuestas de Dios a favor nuestro. Él nos oyó en el día de la angustia, nos fortaleció y nos tendió Su mano de ayuda.

Aun cuando las dudas se interponían, cuando la batalla era cruenta, Su presencia en respuesta a nuestra invocación por medio de lo oración se hizo presente y trajo en sus alas grande bendición.

Recordemos juntos hoy que Dios contesta nuestras plegarias, porque en Su misericordia ha escuchado nuestras pobres, débiles y desesperadas oraciones, que hoy asimismo reciba la gratitud que brota a raudales de nuestros corazones agradecidos."Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios". Por Marfa Cabrera.