Las cualidades divinas de amor, sabiduría, belleza, armonía y esa sensación de sentirnos enteros y completos, se encuentran adentro nuestro.Cuando hemos recibido a Cristo Jesús como Rey y Señor de nuestra vida, es muy importante darnos cuenta y reconocer Su presencia adentro de nosotros.

Dios está a su lado y El desea entrar en su vida y llenarle de es­tas cualidades porque cuando Dios completa nuestra vida de todo bien, entonces comienzan a emerger, a brotar, a fluir, a florecer y se trans­forma en parte de lo que somos, hacemos y decimos.

Cuando estamos repletos de la presencia de Dios lo cual es amor, sabiduría, belleza, armonía, gozo, paz, al expresarnos, eso es lo que brota de nuestro interior. Tal vez en aquellos lugares donde en otra oportunidad nos sentíamos en un estado de ánimo deplorable, desa­nimados, ahora se levante un nue­vo interés por todo lo que nos ro­dea. Donde antes había enferme­dad, hoy hay vitalidad, salud y vi­gor. Donde antes había tristeza, hoy nos gozamos en el resplandor de la promesa de Dios que comien­za a cumplirse en nuestra vida.

Abra su ser a la presencia de Dios, permítale a El derramar todo bien adentro suyo, y luego todo eso se expresará como un raudal de ben­dición a todos aquellos que le ro­dean.

Maravilloso Señor: Se llena de vitalidad mi ser al pensar que Tú moras dentro mío. Manifiéstate a través de mí. Que Tus cualidades divinas broten para crear armonía, paz y felicidad. En Tu glorioso Nombre. Amén. Por Marfa Cabrera