Con frecuencia oímos que el amor es la fuerza más poderosa, también que es una de las necesidades más grandes en la vida del ser humano.
Los que hemos conocido el amor de Dios sabemos a ciencia cierta que no se puede amar si uno no ha experimentado el eterno e inmutable amor de Dios. Digo "eterno e inmutable amor de Dios", porque el amor humano es tan frágil y fluctuante que se da plenamente, pero al otro día, por algún motivo insignificante, se retraen los sentimientos y las actitudes cambian, y donde había amor queda un gran vacío y lo que es más terrible, quedan heridas.
El amor de Dios no solo lo necesitamos personalmente sino que al recibirlo nos permite amar de verdad ya que el amor de Dios no cambia. El amor de Dios permanece siempre y no se ve afectado por las circunstancias.
Cuando aprendemos a amar como Dios nos amó también podemos expresar un amor que no se ve afectado por los altibajos de la vida.
Es como ese hombre que tenía una veleta en el techo de su granero con la frase: "Dios es Amor". Entonces su amigo le dijo: -"¿Acaso eso quiere decir que el amor de Dios es cambiante como el viento? Y él le explicó: - "Justamente todo lo contrario. No importa de donde y que tan fuerte soplen los vientos, el amor de Dios nunca cambia y permanece para siempre, Dios sigue siendo amor". Grábelo en su corazón: Dios es Amor. Por Marfa Cabrera
El amor de Dios no solo lo necesitamos personalmente sino que al recibirlo nos permite amar de verdad ya que el amor de Dios no cambia. El amor de Dios permanece siempre y no se ve afectado por las circunstancias.
Cuando aprendemos a amar como Dios nos amó también podemos expresar un amor que no se ve afectado por los altibajos de la vida.
Es como ese hombre que tenía una veleta en el techo de su granero con la frase: "Dios es Amor". Entonces su amigo le dijo: -"¿Acaso eso quiere decir que el amor de Dios es cambiante como el viento? Y él le explicó: - "Justamente todo lo contrario. No importa de donde y que tan fuerte soplen los vientos, el amor de Dios nunca cambia y permanece para siempre, Dios sigue siendo amor". Grábelo en su corazón: Dios es Amor. Por Marfa Cabrera