Tiempos dificilles

“…Aquí lo importante no es la circunstancia adversa, o cómo uno se siente, lo que hay que saber es quién te llevó a ese lugar, y por qué estás allí."


Supongo que muchas veces José debe haber pensado en esto para sostenerse en medio de la más negra oscuridad, y eso si que era oscuridad. Pero al responderse a estas preguntas él se acordaba de los sueños que el Señor le había dado y que Él no estaba creyendo en "una persona", sino en el Dios Todopoderoso.

A veces terminamos haciendo de esta frase una palabra bonita, y nos olvidamos realmente de quién estamos hablando, en quién estamos creyendo.

Es Dios; Dios que sigue siendo dueño de las circunstancias, de los tiempos, de nosotros, porque eso le dijimos una vez.

El Señor me está golpeando muy duro estos días, y realmente me he sentido en falta con Él. ¿Por qué? Porque comencé a olvidarme justamente de lo que te decía, de quién es Él, y lo reduje así, sin más, a mis miedos, dudas, inseguridades... y lo despojé de su poder, de su dominio, de su soberanía.

Estaba perdiendo la fe, esa de "la convicción de lo que no se ve", y no esperando nada de Él.

Dios me dijo: " ¿Quieres ver mi poder? Busca mi rostro." Había perdido el rumbo, llegando a creer que las cosas cambian, se arreglan, o suceden sólo "recordándole" a Dios lo que pasa. Sin embargo, Él me está llamando a clamar.

"Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo". ¿No es esta una promesa del Señor?Y no es solo para algunos, también Dios la dio para ti.
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