¡¡Dios aun está en el trono y la oración cambia las cosas! Aprende cómo funciona la oración. Genera poder ilimitado para beneficiarte y beneficiar a otros.¡Cambia el mundo a tu alrededor!
Dios no concibe la oración como un rito, sino como un animado intercambio, un diálogo afectuoso entre buenos amigos.
Lamentablemente, hoy en día impera la idea de que no es posible hablar con Dios en esos términos. Algunas personas piensan que su falta de religiosidad les impide acercarse de ese modo al Creador. Otras tienen la idea de que el Padre Celestial es tan sublime que se encuentra sumamente alejado de nuestra realidad.
Ha quienes piensan que tiene mucho que hacer para preocuparse por ellos y sus problemas, y que las cuestiones terrenales carecen de importancia para El. Unos se consideran indignos o muy imperfectos. Otros se sienten culpables o avergonzados de ciertos actos que han cometido. Hay quienes incluso le tienen miedo.
El Señor desea mantener una relación personal con cada uno de nosotros. Quiere que esta constituya el aspecto más profundo, trascendental, satisfactorio y gratificante de nuestra vida.
Eso no significa que se proponga restar categoría a las demás relaciones y actividades que nos ocupan y que consideramos importantes. Todo lo contrario: quiere formar parte de ellas.
Pretende facilitarnos la vida cotidiana, dar un nuevo sentido a nuestras vivencias, y además disfrutar de ellas al lado nuestro.
En resumidas cuentas, quiere realzar nuestras existencia y añadir toda una nueva dimensión a cuanto hacemos por medio de Su amorosa presencia.
