temprano y estaba charlando con los otros padres cuando de repente oí una mamá gritar y apuntar al piso.
Me asomé y allí estaba una araña negra enorme. Una niñita se estaba acercando para levantarla. Otra
persona se preguntaba si no era una de esas arañas de plástico. Yo me puse en acción y simplemente la
pisé. Cuando levanté mi zapato, allí salió un montón de arañas pequeñitas corriendo por todos lados. Las
aplasté también mientras la mama que gritaba se subió a una silla.
Como pueden imaginar, esto llamó la atención de todos los que estaban allí. Algunos estudiantes lo
observaron y se regresaron para contarlo a sus compañeros de clase. Cuando sonó la campana y los niños
salieron de sus clases, muchos ya sabían lo que había ocurrido. ¡Me sentía como un héroe! Y en poco
tiempo la historia creció, tanto como el tamaño de la araña.
Cual fuera el caso, esto agitó a los estudiantes… ¡y en especial a la mama de la silla! Este incidente
verdaderamente nos llamó la atención.
¿Alguna vez han pasado por una experiencia la cual Dios usó para llamarte la atención? Tal vez no fue
con una araña, pero podría haber sido un estrés o la pérdida de un ser querido, o un pecado expuesto en tu
vida, o falta de trabajo, o la ruptura de una relación, o preocupaciones financieras, o fricción familiar o tal
vez es un sentido general de frustración o inutilidad.
Es en Mateo 6:33 donde Jesús describe cómo los gentiles (paganos) buscan alimento, bebida y vestido: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Las cosas salen bien y de acuerdo a la voluntad de Dios cuando adoramos a Dios. Cuando vivimos según la voluntad de Dios, tenemos todo lo que necesitamos.