Estas palabras se las dice Jesús a “los judíos que habían creído en Él”. Hoy como entonces, es necesario que los que dicen creer en Cristo, permanezcan también en su Palabra, porque para muchos parece ser, que el ser creyente, no lleva implícito el per­manecer en la Palabra de Cristo. Antes bien siguen sus propias doctrinas y normas que jamás los harán libres de su vana manera de vivir.
La Palabra nos lleva a conocer a Cristo, la Verdad, y Él nos hace libres, porque “Él apareció para quitar nuestros pecados” (1 Juan 3:5). Por eso Él dice: “Si el Hijo os liberare, seréis verdaderamente libres” (v. 36).

Los judíos se sienten ofendidos ante estas palabras de Jesús, y le dicen: “Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie”. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?” (v. 33).

Estos hombres fundamentaban su libertad personal en las raíces de su descendencia, y se creían libres. Esto mismo pasa hoy con tantos y tantos hombres y mujeres que identifican su salvación con su propia religión. Cuando alguien en nombre de Cristo les dice: Cree en el Señor Jesús, y serás libre (salvo). Ellos responden, ¿cómo te atreves a decirme tal cosa, no sabes que yo soy hijo de la madre Iglesia Católica, o de tal o cual denominación religiosa?No permitas que la mentira te esclavice.