Es de buen nacido ser agradecido.

Muchas veces nos olvidamos de este dicho popular que es una gran verdad. Son muchos los temas que escapan a nuestro control en la vida, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante las cosas.


Nuestra mente es bombardeada con millones de bits de información por segundo, razón por la cual tiene que filtrar todo lo que no está buscando activamente.

El problema radica en que, como regla general, nuestra mente tiende a ver lo que está mal y las carencias. Esto se debe a que, a fin de evitar el peligro y asegurar nuestra supervivencia, buscamos lo que está fuera de lo esperado o puede representar un peligro.
Sin embargo, si nos dejamos llevar por estos pensamientos negativos, ellos pueden comenzar a dominar nuestra mente y a afectar a nuestras expectativas. Empezamos a esperar situaciones negativas y a crear lo negativo en nuestra vida. El resultado final: una vida de experiencias y resultados decepcionantes y frustrantes.

Sin embargo, podemos detener la tendencia negativa natural de nuestra mente mediante la reorientación hacia la abundancia y lo que es positivamente posible, centrándonos en aquello de lo que estamos agradecidos.

Con este cambio de visión, casi al instante tu vida puede cambiar su trayectoria. Tu mundo puede revolucionarse y todo lo que puedes crear en él.

De esta forma nos vamos a sentir mucho mejor, siendo agradecidos, incluso cuando las cosas no van del todo bien y cuando surgen conflictos o problemas.
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