Dios escogió a Abram, y le destacó de entre sus compañeros personas idólatras, que podría reservar un pueblo para sí mismo, entre los cuales se podría mantener su verdadera adoración hasta la venida de Cristo.
De ahora en adelante Abram y su descendencia son casi el único tema de la historia en la Biblia. Abram fue juzgado si amaba a Dios mejor que todos, y si él voluntariamente podría dejar todo para ir con Dios. Su parentela y la casa de su padre eran una tentación constante a él, que no podía continuar entre ellos sin peligro de ser infectado por ellos.
Los que abandonan sus pecados y se vuelven a Dios, seran ganadores indecibles por el camino. El comando que Dios le dio a Abram, es como el llamado del evangelio, por el afecto natural deben dar paso a la gracia divina.
Aquí hay muchas promesas grandes y preciosas.
1. Haré de ti una nación grande. Cuando Dios sacó a Abram de su propio pueblo, prometió hacer de él la cabeza de otro pueblo.
2. Yo te bendeciré. Creyentes obedientes heredan la bendición.
3. Haré tu nombre grande. El nombre de los creyentes obedientes ciertamente se hará grande.
4. Tú serás una bendición. Los hombres buenos son las bendiciones de su país.
5. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan.
6. En ti todas las familias de la tierra serán benditas. Jesucristo es la gran bendición del mundo, la más grande que hubo y habra en el mundo.