¡Confianza! Qué importante es tener confianza en Dios, en los demás, y aun en nosotros mismos.


Cierta vez, una señora joven necesitaba trabajo. Su esposo estaba terminando la carrera, ella esperaba un bebé y necesitaba trabajar por unos meses hasta la graduación de su marido. Cuando le explicó al empleador las tareas que podía desarrollar le dijeron: "No necesitamos otra empleada, pero la vamos a tomar por la confianza que se tiene a sí misma al conocer el trabajo".

En tiempo de exámenes, pruebas, entrevistas, compras, ventas y actividades similares, nos sentimos desafiados en nuestra capacidad. Si estamos confiados, en esos momentos podemos enfrentar las responsabilidades con valor y entusiasmo, sabiendo que dentro nuestro, el Creador puso todo lo que necesitamos para tener éxito. Por medio del Espíritu de Dios que mora en nosotros podemos enfrentar cualquier desafío, teniendo la seguridad que todo el amor, toda la protección, toda la sabiduría necesaria, están en esa presencia divina y permanente. Dios nos da el "cómo" y el "para qué"; nos da la habilidad para que todas las cosas que emprendamos tengan un desenlace feliz.

Por eso, enfrente este día con sus desafíos y responsabilidades confiado, y saldrá airoso, sintiendo gratitud en el alma al saber que el Señor nos ha dado Su gracia para que podamos triunfar en todo.
Por Marfa Cabrera