Qué importante es lo que hablamos cada día. La ciencia médica asegura que la actitud del paciente expresada en palabras determina su curación; y si no su curación total, establece el proceso y la aceleración de esa recuperación.

Cuántas personas viven hablando cosas negativas, quejándose de cada detalle, criticando a todo el mundo, guardan rencor de las más pequeñas de las ofensas que le hicieron hace semanas y algunos hace años atrás. Es como un brebaje amargo con el que se alimentan todos los días.

Por esa razón las úlceras, gastritis, insomnios, falta de apetito o, por el contrario, hambre voraz, problemas con la digestión y muchas cosas más. Meditemos por un momento en el pasaje escogido para hoy: "El corazón del sabio hace prudente su boca". Qué hermoso es ser sensato, juicioso con lo que se dice y además añadir "gracia" a los labios porque "panal de miel son los dichos suaves". Igualmente agrega que es medicina a los huesos. 

Ese mensaje que sale de nuestra boca, esa palabra constructiva y de amor, de perdón, que edifica puentes de armonía y de amistad, esas palabras de aliento, inspiración y fe no solo hacen la vida más llevadera en el plano afectivo al vincularnos con las personas, sino que además, es medicina para los huesos doloridos.
Apresúrese y cambie su manera de hablar, de expresarse; comience a usar el lenguaje del reino de Dios y viva en Su plenitud.Por Marfa Cabrera