“Se llenó de amargura mi alma y en mi corazón sentía punzadas"

Quizá algún día usted escuchó hablar de un enfermo que visitó a un prestigioso médico de París, porque sufría angustias y enfermedades que nadie había podido curar. El médico que no sabía de enfermedades del alma, y pensando que era una “neurastenia”, le recomendó buena comida y distracción, así como viajar mucho. - Todo esto lo he hecho- replicó el enfermo. Entonces no te queda sino una cosa, dijo el médico, ir al circo para ver al payaso Garrid, pues nadie puede estar triste en su presencia. A lo cual el enfermo contestó: pues yo soy Garrid, cambiadme la receta. Y la aplicación del poema es: ¡Cuántos hay que desesperados por la vida, hacen reír como el actor suicida, sin hallar para su mal remedio!


Leamos con especial atención el salmo 73:21-28 “Se llenó de amargura mi alma y en mi corazón sentía punzadas. 22. Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti. 23. Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. 24. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria. 25. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. 26. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. 27. Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. 28. Pero en cuanto a mi, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras.”




1. La amargura y el resentimiento  destruyen la salud.- Salmo 73: 21 y 26. Estos versículos que se pueden leer de nuevo, son científicos. He aquí una íntima relación entre los estados del alma o estados emocionales y mentales y las enfermedades físicas u orgánicas. Las expresiones que tienen que ver con el cuerpo a causa de la amargura que llenó el corazón,  como “en mi corazón sentía punzadas” y “Mi carne y mi corazón desfallecen” eran la forma primitiva de un paciente sin los conocimientos médicos actuales, describir su dolor, que un facultativo de hoy con análisis científicos podría de pronto diagnosticar como taquicardia paroxismo, preinfarto o cualquier enfermedad coronaria.   Recordemos que soma viene del griego que significa cuerpo y sico de mente. Hay dos maneras en que se somatiza la amargura: a. La una es directamente orgánica y se relaciona con el metabolismo de nuestro cuerpo, fulminantemente  afectado por nuestros resentimientos y nuestras iras, produciendo un desorden endocrino o glándulas que se descontrolan generando secreciones excesivas o anormales que atacan los órganos internos.  b. La segunda es que como consecuencia de esos pecados, pueden entrar lo que Dios en la Biblia define como  espíritus de enfermedad. Se presenta por ejemplo el caso de una mujer con parálisis sufriendo durante 18 años a la cual el Señor Jesús sanó, mencionada en Lucas 13:11. Estos espíritus malignos producen dolencias y enfermedades las cuales ni siquiera por nuestra mente podríamos imaginar que se encuentran relacionadas con amargura espiritual. Y obviamente, para más angustia del paciente, esos espíritus no pueden ser detectados ni por los rayos X ni por las resonancias magnéticas. Una jovencita recién casada, sufría enfermedades propias de la tercera edad que tenían asombrados a los médicos, quienes estaban confundidos pues ninguna medicina ni terapia la sanaban y ni siquiera había mejoría. Un día el Señor Jesús le habló a esta dama que ella se había dejado afectar por un comentario en su comunidad.  Dios le dijo que su orgullo era tan grande que así mismo era su resentimiento por lo cual su salud había ido empeorando hasta la gravedad. Ella fue de rodillas llorando y le pidió a Cristo que sacara toda soberbia de su vida y también su amargura y la sanara.  Además perdonó y ahora da testimonio que la sanidad fue instantánea. Los médicos dejaron registro de la sanidad en su historia clínica.



2. Hay diversas formas de resentimiento.- En el Salmo 73:22-24 expresiones como: “Tan torpe era yo que no entendía; era como una bestia delante de ti,” describen que el paciente por fin se dio cuenta que el origen de sus enfermedades no era propiamente biológico sino espiritual, término éste que la mayoría de médicos no acepta, por aquello de las definiciones lógicas del raciocinio científico y prefieren establecerlo únicamente como de origen emocional y sicológico o sicosomático, que de todas maneras tiene cierta validez y no se rechaza desde el juicioso punto de vista cristiano sin legalismos, dependiendo del episodio del paciente. Muchos médicos tienen el temor de ser ridiculizados o calificados de locos o fanáticos por sus colegas si aceptaran en su diagnóstico que “estados emocionales”, como la ira, la violencia, o ciertos “desórdenes neuróticos y de personalidad,” que a su vez producen enfermedades, van más allá de ser solo estados emocionales, y aceptar el término espiritual, tanto en el diagnóstico del verdadero origen de muchas enfermedades y consecuentemente, por supuesto, en una medida justa y sin exageraciones, una terapia espiritual o lo que algunos llaman teoterapia. Hay pánico de utilizar esa palabra. Sin embargo ya muchos médicos han practicado esa terapia, combinada con sus conocimientos científicos con éxito y alegría. Y sin ninguna timidez están demostrando el éxito científicamente con resultados.  Como acabamos de leer en el salmo, a veces uno no entiende por qué son sus dolencias, por qué algunos tipos de depresión y debilidad. He aquí otras formas de amargura: a. La envidia, b. El orgullo, la soberbia y altivez que nos hacen sentir heridos. Proverbios 29:23 “la soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu le sustenta la honra.”  c. La ira, d. La venganza, Romanos 12:19 “no os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Como consecuencia de éstos pecados no solamente se producen enfermedades, pero en algunos cristianos que todavía están en el proceso de su curación, el desgano espiritual para servir a Cristo.  Tengamos cuidado de no estarnos enfrentando al mismo Dios viviente con nuestras actitudes que la Biblia llama pecados.



3. ¿Cuál es la terapia y medicina para ser curados? - Salmo 73: 25 y 26 Como vemos es: 1. primero.- identificar y reconocer o darse cuenta de la condición personal. Descubrir por la palabra de Dios nuestro pecado y arrepentirnos. 2.- Confesar con nombre propio y uno por uno esos pecados como la soberbia, resentimiento etc. Y arrepentirse. 3. Reconocer que solo  Jesucristo nos puede limpiar con su sangre y entregarnos a El.  1 Juan 1:7-9 “pero si andamos en luz como él esta en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Es saludable que en este momento usted haga una oración personal espontánea pidiéndole perdón a Dios por sus pecados y entregándole de corazón su vida a Cristo, reconociendo su necesidad y descubrirá que milagros sorprendentes comenzarán en su vida.
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