Cuando Dios te da una visión para la vida, entonces ves las cosas como Él las ve. Moisés “vio” la Tierra Prometida allí donde los que lo acompañaban sólo veían desierto, querían tirar la toalla y volver a Egipto (ver Hebreos 11.27). Y entendió también que llegaría a ella en el tiempo dispuesto por Dios, de acuerdo a Su plan, y un paso a la vez.
Hay muchas tareas que parecen abrumadoras cuando contemplas sólo su magnitud.Pero si las desglosas en varias partes y te imaginas dando el primer paso, te sorprenderás de tus progresos. Puedes hacer algo un día, sin embargo sería mucho más difícil comprometerte a hacer lo mismo durante un mes; si no, ¡pregunta a los drogadictos en proceso de recuperación!
Dijo un líder cristiano: “La visión, al igual que el coraje y la disciplina, es una característica que la puede desarrollar cualquiera que esté dispuesto a trabajar para hacerla parte de su vida cotidiana”. Y un poeta escribió: “Dos hombres miraban a través de los barrotes de la cárcel; el uno veía barro, el otro estrellas”. ¿Qué ves? En tu futuro? ¿Piensas que la bendición de Dios te va a caer como llovida del cielo? Pues no, ¡tienes que alimentar tu visión con fe e impulsarla con gran esfuerzo! El versículo de “nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16), indica que Dios expresa sus pensamientos a través de nosotros. ¡Eso sí es jugar con ventaja! Jesús dijo a sus discípulos: “Bogad mar adentro”. (Lucas 5:4); como hijo de Dios, tu provisión no está sujeta a las limitaciones del mundo. Entonces, ¿cuál es tu visión?
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